En mi recorrido en coche por Europa (más de 1.600 km en 7 días) con Jorge López, donde cruzamos Alemania desde Bremen para llegar hasta Copenhague, hicimos una visita inesperada y exclusiva de la que estamos muy contentos de haberla hecho, y digo inesperada porque no la tenía contemplada, fue gracias a mi amiga Noemi, que me aviso de que existía un barrio altamente especial, el cual no pudo encontrar ella en su día cuando fue a la capital, y que lo tenía en su lista de “cuentas pendientes“. Os hablo de Christiania, una mini sociedad autónoma muy característica.
A pesar del mal tiempo, ya que nos hizo un día nuboso y lluvioso, conseguimos encontrar el barrio o como ellos lo denominan, la ciudad libre de Christiania. Sinceramente, no me esperaba algo así, entrar allí es salir grotescamente del remanso de paz urbano de una ciudad como Copenhague. Imaginaros un barrio parcialmente auto gestionado por unos 850 vecinos que se declaran una comunidad independiente del Estado danés, con su propia bandera y moneda.
¿Cómo se creo Christiania? este barrio localizado en la parte oriental de Christianhavn, se creó en septiembre de 1.971, y comienza con el derribo de una valla en un terreno militar abandonado por el ejército danés, por parte de unos padres que querían terrenos donde sus hijos pudiesen jugar. El gobierno lo toleró, aunque ha intentado expulsarles de allí en numerosas ocasiones. Desde 2.004 se dieron una serie de conflictos con el gobierno danés respecto a la propiedad de los terrenos y al mercado de drogas y ya en 2.012 los habitantes de Christiania han reconsiderado su posición de ocupantes ilegales y han comprado gran parte de los terrenos del barrio con el propósito de mantenerlo comunal.
La propiedad de estos terrenos no pertenece a personas individuales, sino al colectivo de Christiania, y no pueden venderse de manera individual. Las personas que habitan las zonas que se han comprado pagan un alquiler comunitario que se estipula en función de las dimensiones de la casa. También pagan las facturas del agua y de la electricidad.
Al entrar al barrio, nos encontramos con fachadas llenas de grafitis, edificios con su propia personalidad, un lugar donde reina la libertad de expresión y la auto gestión. Entramos por la calle mas genuina de Christiania, la Pusher Street (que significa literalmente la calle del vendedor de estupefacientes, es decir, la calle del “camello“), aquí la droga está ligeramente legalizada (las drogas duras no), la policía no entra a esta zona de ideología tan distante, los accesos están bloqueados para que no puedan entrar los coches, sólo vimos uno, por lo que la mejor manera de recorrerla es andando o en bicicleta.
Al adentrarnos en Pusher Street todo es misterio e incertidumbre, el ambiente que se respira es un tanto interesante, la calle estaba repleta de puestos de venta ambulante de drogas blandas, además de productos ecológicos y elaborados por sus autores, que a su vez están calentándose del frío en bidones ardientes. Por supuesto, existe una tienda de souvenirs para todo visitante curioso como nosotros que quiera llevarse un recuerdo de este cónclave.
Una de las cosas que nos llamo la atención fue que había un cartel con normas de seguridad para todo aquel que recorra Christiania, entre ellas estaba la prohibición de correr por Christiania, y es que no quieren que se altere en absoluto el clima de la “ciudad” (lo último que quieren es crear la sensación de inestabilidad para todo aquel que quiere fumar libremente en su retiro). Y por supuesto, nada de fotos en Pusher Street, hay carteles de prohibición por todos lados, de hecho, nosotros nos metimos en un pequeño problema por ello, y es que vieron la cámara de Jorge y nos siguieron tres tipos que parecían la seguridad privada del barrio ( a mi me parecieron matones), y nos preguntaron si estábamos haciendo fotos, nosotros insistimos en que no era así, y por suerte finalmente nos hicieron guardarla y se fueron. No tengo claro si lo que no quieren es que se haga mucho eco por las redes de este libertinaje (ya es demasiado tarde) o si lo que no quieren es que esas imágenes pueden llevarse a un uso policial, yo creo que mas bien será lo segundo. Por eso mismo, si algún día vais, avisado estáis, sobre todo en Pusher Street.
Después del incidente decidimos quitarnos el susto probando una de las cervezas ecológicas de elaboración local, la Christiania Thy Pilsner, suave y de 4,6% de alcohol. Uno de los reclamos de muchos daneses que se acercan a este lugar, es el bajo coste de su cerveza y comida, ya que al estar gestionada por ellos, no pagan impuestos, y hacen un negocio muy rentable con turistas y daneses, además de la atracción principal del barrio, el consumo de marihuana.
En el bar nos dimos cuenta que ellos tienen su propia moneda, no se hasta que punto comercian con ella entre ellos, pero si os puedo decir que nos hizo ilusión tener una moneda cada uno como recuerdo, y la broma al cambio nos salio por 50 DKK, que equivale a unos 6’7€. Es más, un cliente que nos vio haciendo la transacción nos dijo muy seriamente que esta moneda sería la moneda del futuro, ¡tómate algo!
Pero Christiania es mas que eso, tiene además un gran paseo alrededor de un lago que lo custodia un barco pirata de juguete con la bandera de la ciudad ondeando al viento. Además, es un gran recorrido para corredores y una gran oportunidad para disfrutar de la estética de las casas del barrio, casi todas adornadas a su libre albedrío, cumpliendo con la esencia Christiania, la libertad de expresión y la mejora del medio ambiente.
Claros ejemplos de la imaginación un tanto caótica de la estética de Christiania
Jorge y yo en sendas salidas territoriales de Christiania
Recorrer los paseos que rodean al lado fue un gran acierto, por que te das cuenta de las casas tan genuinas del barrio, la gran mayoría extremadamente decoradas con objetos a nuestra vista sin sentido y llenas de colores. Cada salida del barrio tiene su frontera, y la que más nos gustó fue la de Pusher Street, ya que al salir te hacen sentir si cabe aún mas que has entrado a una zona aislada de todo lo comercial y capitalista con la frase de “you are now entering the EU”.
¿Dónde puedo encontrar Christiania en Copenhague? muy fácil, sólo tienes que ir a la calle Prinsessegade junto a Pusher Street, es el camino principal para entrar y disfrutar de sus encantos y aroma especial (a marihuana, por supuesto). La localización exacta mas abajo con su límite territorial.
Nota: si quieres mas info, tienen su propia página oficial haciendo click aquí.
Si vais a Copenhague, no dejéis de pasar por esta ciudad libre, seguro que no os dejará indiferente. Probar su cerveza, recorrer sus caminos, observad su arte urbano, y si os gusta el tema…sois libres en Christiania de poder hacerlo.
Este es mi cuaderno de bitácora y experiencias, un espacio de aventuras por los rincones del mundo donde encontrarás anécdotas y curiosidades de mis viajes, así como consejos y sugerencias de cada una de ellos.