Te escribo este post desde la añoranza, es un artículo de reflexión y desahogo. Si me conoces y sigues mi hilo viajero, imagino que este post te sonará de algo, y si vienes por primera vez, te invito a que navegues conmigo en este años 2018 que ha sido para mi, muy especial, donde para mi gusto, me he movido poco de casa, pero que cuando lo he hecho he tenido la suerte de volver con increíbles historias a mis espaldas, logrado alcanzar sueños que pensé que serían inalcanzables y descubriendo lugares mágicos, en este post te voy a hacer un resumen viajero de 2018 y mis deseos para 2019.

2018 se las prometía empezar con fuerza y entusiasmo, a mediados de febrero decidí volcar mis ilusiones en llegar a la cima de África, en Tanzania, el monte Kilimanjaro (5.895 msnm). Nunca antes había experimentado algo así, bueno antes había subido La Sagra (2.383 msnm) y el Veleta (3.398 msnm), ambos en la provincia de Granada, pero hacer cima en una cumbre tan alta y legendaria como el Kilimanjaro, ¡ni pensarlo!

Contraté los servicios de un guía tanzano en Moshi, a las faldas del Kilimanjaro, llamado Simon y gracias a él y su equipo de intendencia conseguí alcanzar el objetivo más duro (físico y mental) que he vivido en mi vida deportiva.

Amaneciendo con el cráter Mawenzi detrás de mi

Amaneciendo con el cráter Mawenzi detrás de mi

La travesía no fue fácil, aunque no necesitamos de experiencia en alta montaña, el mal de altura ya de por sí limitó mis fuerzas para seguir avanzando hasta mi meta. Fueron 5 inolvidables días que los dividí en diferentes post personales, los cuales te dejó aquí abajo:

Cada post termina con parte del vídeo en youtube de la experiencia, y está dividido en 3 partes. La llegada a la cima es apoteósica y creo que muestra de la mejor manera lo difícil que fue para mí llegar hasta la cumbre, nunca antes me había sentido tan agotado y había encontrado fuerzas de donde no las había.

En verano, Ana y yo decidimos viajar más cerca de casa. Hacer un viaje mochilero por Europa, y decidimos aventurarnos en un país que en su momento no nos llamaba mucho la atención, pero que al ir explorando en internet otros blogs de viaje y fotos de Eslovenia, nos iba apeteciendo más y más. Y no defraudó.

El mirador al lago desde el castillo de Bled

Qué bonita es Eslovenia!, vinimos enamorados del país, una nación llena de: lagos color turquesa, de frondosos bosques, de atardeceres inolvidables, de una gastronomía barata y deliciosa, limpia y segura, llena de vida.

Un viaje muy especial, donde vivi con Ana momentos únicos, como nuestro primer glamping en Bled, atravesamos los pueblos de Most na Soči hasta Bohinjska Bistrica en moto-rail, visitamos el increíble castillo de Predjama, hicimos padre sub en el lago Bohinjska y disfrutamos de la hermosa capital eslovena: Liubliana. Además, escribí sobre dos de las zonas más bonitas que nos encontramos allá:

  • El lago de los niños de Bloško en Volčje
  • Lo que más nos gustó de Bled

Ana y yo en uno de los rincones del lago buscando posturitas de acro-yoga

Después de terminar el tour por Eslovenia nos bajamos al norte de Croacia. Estuvimos una semana recorriendo dos de las islas (de las más de 1.000 islas que tiene Croacia) que quizás menos se conozcan en España: las islas de Cres y Krk, para terminar en la península de Istria, en la ciudad de Pula.

Quizás seamos algo desagradecidos con nuestra experiencia en la Croacia que conocimos, quizás porque veníamos de ver a su vecina, la Don Perfecta Eslovenia, que tanto la isla de Cres, como Krk no nos simpatizó demasiado. Creo que fue por el listón tan alto que llevábamos encima llegando desde Eslovenia, pero no supimos disfrutar del todo lo que vimos, o quizás acostumbrados al clima Mediterráneo que nos recibió no nos llamo tanto la atención.

De los mejores recuerdos que guardamos de este viaje fue los hermosos atardeceres desde algunas de las calas que nos encontramos en Cres, el cordero tan rico que hacen en la isla, el baño fresquito que tiene el Adriático y nuestro alojamiento en Krk. Lo peor: la estafa submarina con la empresa Neptuno Bistro y las playas de piedra de las islas (nota mental: lleva una almohadilla para el culo).

El único artículo que escribí sobre Croacia fue de la ciudad de Pula, donde nos encontramos con un sitio alucinante llamado Safari Bar, situado en el sur de la península y que podría ser el chiringuito de playa más guay y original de Europa.

Un paraíso para los más pequeños (y para los no lo somos tanto claro…)

Con ilusión puedo por fin decir qué: ¡ya he estado en Marruecos!, un objetivo que tenía pendiente desde hacía muchos años y que en noviembre de este año 2018 se ha visto cumplido.

La ciudad que motivo esta hazaña personal fue Chaouen o Chefchaouen, situada en el noroeste de Marruecos, a escasas dos horas de Tanger y a una hora de Tetuan. Chaouen fue un descubrimiento desde que Ana me abrió los ojos con su visita en agosto.

Siendo cada vez más conocida por los instagramers (como yo), Chaouen es sinónimo de colores, sobre todo el azul y blanco, aromas dispares, a perfumes, jabones y hachis o marihuana, ¡así es! la ciudad esta a más de 2.000 msnm y se encuentra rodeada de plantaciones que tendrás la posibilidad de visitar si lo deseas (no fue nuestro caso).

Los artículos que me salieron del corazón fueron dos: lo que más me gustó de Chaouen y la experiencia más genuina que viví: un baño local, los Hammam.

¡Esto sí que fue una sorpresa para mí!. Un día recibí un mensaje, me propusieron dar una charla sobre mis aventuras en un colegio de Alhama de Murcia, aprovechando una semana cultural que estaban haciendo allá. ¡Uff!¡pero que les cuento!, ¿de qué les hablo?, ¡que miedo!, entonces pensé, si quieres hacerlo y te da miedo, hazlo, aunque sea con miedo. Y así fue como apareció por primera vez en mi vida: “¡Viajar, un camino hacia la felicidad!”.

Fue uno de los momentos más especiales de mi vida, nervioso y asustado, en presencia de mi familia, mi novia, mis amigos y desconocidos, abriendo mi corazón y deshuesando mi vida ante tanta gente, con el único objetivo de motivar a los más pequeños y los que no lo son tanto a buscar ese camino que les hará felices, y viajando es un buena manera, ¿no crees?.

Fue un verdadero honor haber tenido cabida en el programa del canal de mi ciudad, la 7rm junto a Fran Saez. Significó para mi que todo el recorrido desde que “Tómate algo” empezó está dando poco a poco sus frutos y relevancia, y yo a la vez estoy madurando mucho con él, ya que gracias a “Tómate algo” estoy generando valor para hacer ciertas cosas que nunca pensé que llegaría hacer.

Muy feliz por esta entrevista por ser la primera vez que se mezclan varios de los ámbitos más importantes en mi vida: mi familia, mi trabajo y mi pasión por viajar.

Echo la mirada atrás y sólo tengo que dar gracias por haber tenido la fortuna de haber cerrado un año de absoluto éxito, de tener mi anillo personal sano y maduro, ese anillo que lo componen: familia, pareja, amigos, trabajo y salud.

Por lo que sólo deseo que el 2019 se le parezca lo máximo posible a este que dejamos. Mientras tanto, agárrate que vienen curvas, comienza el 2019 con fuerza:

  • Viajes programados (con billete comprado)
  • En busca de la aurora boreal en Islandia en pleno enero
  • La ostentosa Emiratos Árabes en marzo
  • Regreso a la gran manzana, New York City, en mayo

El gran reto

Mi gran apuesta de este 2019 es dura, sacrificada y requiere un entrenamiento del que ya soy partícipe desde octubre de 2018, consiste en recorrer durante 6 días +260 km con +- 18 kg de peso en tierra de hielo y fuego: Islandia.

Muchas gracias por leerme y ¡feliz año!

Este es mi cuaderno de bitácora y experiencias, un espacio de aventuras por los rincones del mundo donde encontrarás anécdotas y curiosidades de mis viajes, así como consejos y sugerencias de cada una de ellos.