Hoy es un día completo en Masai Mara, tenemos una visita muy especial, una excursión no programada y con un costo de 20€ para ver una de las localizaciones de la tribu Masai Mara, los pastores más famosos de África y quizás del mundo.
Pero antes recorreríamos la zona sur de la Reserva Natural con nuestro guía Norman al volante, como ya sabéis, la extensión de Masai Mara con sus más de 1.500 km (cuadrados) hacen que sea imprescindible quedarse mínimo 2 días en la reserva e intentar ver lo máximo posible, por lo que antes de visitar la tribu Masai nos adentramos en otro extremo para intentar avistar lo máximos animales posibles. ¡Y hemos estado de suerte!
En toda la mañana pudimos ver varias manadas de leones, y verlos en todo su esplendor, en su hábitat natural es un espectáculo grandioso. Norman, nada más verlos, se arriesgó de nuevo a meter el jeep prácticamente en los hocicos de los leones, por lo que los tuvimos a escasos dos metros de nosotros, tan cerca que hasta me puso nervioso.
Se nota que por la noche es cuando los leones, las hienas y demás predadores salen a la caza, porque a nuestro paso vimos continuamente esqueletos y animales en descomposición, sobre todo ñus y búfalos, la ley de la naturaleza.
Llegamos a un mirador donde se podía contemplar la inmensidad de la Reserva Masai Mara, kilómetros y kilómetros de extensión abriéndose paso antes nuestros ojos expectantes.
El grupo de Rhino Safari al completo (Fran-Norman-Mayte-Antonio-Daniel-Pili)
El río Mara
Norman nos llevó a ver el paso sobre el río Mara, donde mueren cada año varios cientos de animales. Los primeros en cruzar son los que tienen mayor riesgo de ser devorados, y por ello decenas de miles de animales esperan en el río a menudo durante una o dos semanas hasta que el primer valiente se lanza al agua, el resto de la manada sigue su estela.
Al comenzar el recorrido de la migración hacia Masai Mara, los ñus deben cruzar el profundo y ancho río Grumeti, un espectáculo tenso pero impresionante que tiene lugar a principios de junio. Muchos se ahogan o son devorados por los cocodrilos del Nilo que acechan en las aguas embarradas.
Para que finalmente sean los buitres leonados los que terminen la suculenta tarea de acabar con el banquete.
Una bonita imagen del árbol cubierto de buitres y la carroñera imagen del buitre leonado
Además os dejo unas instantáneas de uno de los personajes principales de “El Rey León”, un carroñero con apariencia de perro, con risa diabólica y peligroso en grupo pero asustadizo en solitario, ¡la hiena!
El babuíno transportando a su cría por la sabana
La hermosa cebra de llanura junto al ñu (victima de la sabana por votación popular)
Y el elefante con su cría
La Tribu Masai Mara
Pastores del este de África, migraron desde el Nilo sudanés hasta la zona fronteriza entre Kenia y Tanzania, y su fama de fueron aseguró que fueran evitados por las caravanas de esclavos y los exploradores europeos que recorrieron la región en el siglo XIX. El asentamiento de los europeos supuso un desastre para ellos, pues provoco una epidemia que mató gran parte de su ganado. Los guerreros masai son conocidos en swahili como ilmoran.
Al llegar nos encontramos a este grupo de Masais que nos dieron la bienvenida y nos dieron a cada uno un palo tallado terminado en una especie de bola, que al parecer la utilizan en los rituales de iniciación a la tribu. Las danzas de los Masais se componen de saltos y la habilidad de queda determinada por la altura de dichos saltos. Y doy fe, porque siendo yo más alto que ellos saltando me llegaban a la cabeza saltando a la misma vez, tienen muelles en los pies.
Nos hacen saltar a cada uno con una especie de gorro de piel de león, nos enseñan un cuerno retorcido de un antílope, el cual se emplea para convocar a la siguiente generación de guerreros (ilmoran), que marca a su vez la mayoría de edad como guerreros, y los palos que portan son para defenderse de los animales y para luchas rituales.
¿Sabías que?
Los Masais sangran el ganado. La sangre que se obtiene sin dolor ni riesgo para la vaca de una herida abierta en la yugular, se mezcla con leche y se fermenta en una calabaza durante varios días antes de beberse. Este es el alimento básico de los Masai, cuya dieta procede casi exclusivamente de su ganado, evitando los animales salvajes, verduras o pescados. Y es que rara vez comen carne de vaca, pues para ellos es más valioso tener un animal vivo que muerto.
El encerder fuego forma parte del inmenso conocimiento práctico de los Masai. Las cabañas naturalmente no disponen de los artilugios modernos para hacer fuego y dependen de técnicas tradicionales, como la impresionante hazaña de encender fuego frotando con intensidad dos ramitas hasta que surge una chispa.
Las típicas cabañas Masai se construyen con una estructura elaborada de ramas resistentes, y acto seguido se cubre la cabaña con barro, estiércol y ocasionalmente se recubre con hierba. El techo se revista con paja y es de poca altura. Por otro lado, las mujeres se encargan de cocinar en la cabaña sin chimenea.
El ganado lo meten en estos rediles hechos con ramas de acacia y otras especies espinosas, con el objetivo de que otros animales como las hienas no entren y se coman el ganado.
Cuidar el ganado es trabajo de los muchachos más jóvenes, los que aún no son guerreros (ilmoran), mientras los niños se encargan de las cabras y ovejas. Todavía hay muchos Masais que prefieren que sus hijos cuiden del ganado en vez de asistir a la escuela.
Nota mental: cuando terminan de explicarte todo su modo de vida, te das cuenta que todo es muy demandado por el turismo, te llevan acto seguido a una especie de mercado donde te avasallan para que compres detalles de su propia artesanía, lo que hace al final que pierda un poco el encanto, hasta el punto de que pones en tela de juicio que el lugar que has visto, sea realmente utilizado como tal. Pero aun así, es algo digno de ver, masificado por el turismo, pero una gran experiencia.
Pero todo vale la pena cuando ves la cantidad de niños y niñas que se alegran al verte, aparte de porque eres la novedad, porque les proporcionas risas y regalos que puedas llevar encima, así que yo comencé a repartir chicles para los 15 niños que podría a ver por la zona, al igual que Mayte (la pareja de Daniel), formando un gran momento y con sobretodo con la tribu Masai Mara.
Nos montamos en el jeep de nuevo con la sensación de que la experiencia merece la pena, pero a la misma vez sintiendo que formamos parte de un espectáculo de turistas donde al final el dólares el que manda.
Vuelta al Keekorok lodge para ducharnos, comer, un refrescante baño en la piscina y darle una oportunidad más a la Reserva Masai Mara para intentar avistar el máximo de animales y sobretodo los que mas ganas teníamos de ver para completar el safari big five, el leopardo y disfrutar de nuevo y mas cerca del duro rinoceronte, tan difícil de ver por ser muy pocos ejemplares, tan solo 9 en todo Masai Mara, su rara procreación y los furtivos han sido los responsables de su escasa observación, una verdadera pena, ya que al final no pudimos ver nada desde las 16:00 hasta las 18:30 que tuvimos de safari, esta vez por la parte norte de la reserva, aunque eso si, os puedo presentar a otras especies que no teníamos en el catálogo, como el lagarto acama y el chacal.
Se nos pasó el safari demasiado rápido, se palpaba en el grupo la excitación por encontrar lo que estábamos esperando, ese rino o ese leopardo, pero no apareció, y esperando pasó el tiempo volando, a las 18:30 volvimos al lodge, y una vez que anochece, Kenia no nos ofrece mucho mas que estar en el lodge y recrearnos con lo vivido. Mañana abandonamos Masai Mara para volver a la capital, Nairobi, para vivir mas experiencias.
¿Cómo es un viaje a Kenia?
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Este es mi cuaderno de bitácora y experiencias, un espacio de aventuras por los rincones del mundo donde encontrarás anécdotas y curiosidades de mis viajes, así como consejos y sugerencias de cada una de ellos.