Este post te habrá enganchado por el exótico título del mismo. ¡Vale!, no fuimos damas de honor exactamente, pero no fue muy lejos de la realidad, porque nos sentimos realmente así, como los testigos de la boda, los co-protagonistas del evento, quizás, fuimos Ana y yo las dos personas que más fotos se echó de la ceremonia (con permiso de los novios claro), pero eso fue lo de menos, quiero contarte que nos hizo formar parte de un hecho tan surrealista como auténtico, cuando eres ser dama de honor en una boda en Vietnam.

Todo empezó en nuestro trekking por las montañas de Sa Pa, nuestra guía se llamaba Su e hicimos buena amistad con ella, tanta que como nos sobró un día por esta región, nos invitó a que fuésemos a su aldea, Ta Van, para que viésemos la boda de su prima. Para nosotros fue un tremendo golpe de suerte, por que no teníamos nada programado y poder experimentar algo así sería fantástico, así que cogimos un taxi desde nuestro Sapa Sunflower Hotel y nos pusimos rumbo hacia Ta Van, no recuerdo lo que nos costó, pero puedes imaginártelo (una miseria) y no tardamos más de 30 minutos mas o menos. 

¡Llegamos a Ta Van!

¡Llegamos a Ta Van!

Una mirada vale ese pollo...

Una mirada vale ese pollo…

Serían las 12:00 am cuando llegamos a la aldea, habíamos estado hacía 24 horas y conocíamos ya aquello (tampoco es que fuese muy grande). Fuimos de los primeros en llegar al evento y estábamos flipando en colores. La decoración del lugar era más propia de un cumpleaños que de un enlace matrimonial, absolutamente todo estaba forrado con un tono color púrpura y con lentejuelas en una gran terraza rodeada de mesas largas y sillas.

The purple zone en Ta Van

A nuestra llegada ya empezaban a llegar los primeros invitados, pero no vimos a Su y nos daba algo de vergüenza entrar dentro de la purple zone sin una invitación personal. Entramos dentro con la excusa de hacer alguna foto y nos encontramos con otra muestra de la amabilidad y cortesía de los vietnamitas, en breve nos hicieron un hueco y nos invitaron a sentarnos con ellos. 

No pude evitar acercarme al escenario a cotillear un poco, la comida estaba toda envuelta en papel film transparente y me llamó mucho la atención la super mega tarta que había encima del escenario y pensé: “que grandes son, menuda tarta han hecho para todos…“, ¡pues no!, resultó ser 75% postureo, relleno de plástico, y sólo la parte más alta era la parte comestible. Mientras tanto, me di cuenta que el espectáculo por otro lado, lo estaba dando yo, imagino que por mi altura (allí son todos muy bajitos), por mi barba (son todos imberbes) o por las pintas que llevaba aquel día (no encontré mi traje de gala en la mochila para la ocasión).

En aquel momento me di cuenta que la atracción era yo…

Por fin vino Su, nuestra anfitriona, nos hizo un mini tour por la casa y nos chocaron varias cosas, una de ellas es que todos los hombres estaban sentados comiendo pipas como si estuvieran esperando a que empezase el clásico o el derbi, mientras que las mujeres estaban en la parte de atrás de la casa gestionando la gastronomía del evento, fue como (sin haber vivido esa época) volver a los años ’50 y rememorar esas escenas machistas de la mujer cocinando y del hombre sentado en el sofá a mantel puesto.

Mientras tanto, en la cocina se cocía todo

Mientras tanto, en la cocina se cocía todo

De repente vemos algo de bullicio en la puerta principal, cuando nos encontramos con la pareja del bodorrio, ella iba vestida con un vestido rojo, monísima,  a juego con mis pantalones, y él iba muy elegante, como si fuese el día de su confirmación. Cuando los vimos, hubo una simbiosis que hizo que tanto ellos como nosotros quisiéramos inmortalizar este momento.

¡Qué vivan los novios!

La ceremonia fue oficiada por un hombre que no soltó el micro en todo el evento, excepto el momento familiar donde el padre de la novia dice unas palabras, le regala un obsequio a ella y luego al novio, hasta que se produce ese instante tan especial en el que dejan caer champan (o lo que sea) por una fuente de copas mientras comienza a salir un vapor (no recuerdo el nombre que tiene ese compuesto) que nos dejó flipados.

Tuvimos suerte y nos colocaron cerquita de los novios

Los novios estaban que echaban humo

La ceremonia no terminó ahí, en Ta Van también tienen la costumbre de dar algo de dinero como regalo de bodas y nosotros no fuimos menos, hay un buzón en la entrada con sobres, coges el sobre, escribes lo que quieras y metes el dinero para su luna de miel, que por lo que nos contaron tampoco se iban a ir muy lejos, como mucho al pueblo de al lado, no tienen ellos muy madurado el asunto de conocer otras culturas por lo visto.

Después del protocolo y del ¡si quiero! llegó el momento del banquete, donde nos sentamos con Su a comer junto a varios de sus familiares y amigos. Mientras comíamos, de vez en cuando venía un hombre a la mesa, decía algunas palabras a modo de brindis y todos en la mesa debíamos corresponder ese mensaje bebiendo un chupito de licor de arroz (yo pensé que era agua y bebí un trago de golpe), por que allí en la mesa ¡no había ni gota de agua!. De todo lo que probamos, una de las cosas que más nos gustó fue este tipo de arroz compacto, de color lila (como toda la decoración), estaba rico.

Un arroz diferente…

El terminar del evento fue también muy curioso, no habíamos terminado de comer todavía cuando Su nos dijo que se marchaba, y cuando le preguntamos que por que se iba tan pronto, nos dio a entender que las mujeres cuando terminan de comer, deben de marcharse a limpiar y a casa a cuidar de los niños, mientras por supuesto los hombres siguen divirtiéndose y bebiendo hasta que el cuerpo aguante. ¡En fin! otra mentalidad, otra cultura, por eso quisimos asistir a la boda, para vivir un momento diferente, para aprender otro tipo de tradiciones y sobre todo, para conocer Ta Van y sus gentes en todo su esplendor.

Espero que te haya gustado nuestra experiencia, quiero dejarte el vídeo de nuestro paso por Sa Pa, y si quieres ver el momento que vivimos está justo a partir del minuto 13:35 del vídeo que os voy a dejar a continuación.

Este es mi cuaderno de bitácora y experiencias, un espacio de aventuras por los rincones del mundo donde encontrarás anécdotas y curiosidades de mis viajes, así como consejos y sugerencias de cada una de ellos.