¡¡ Buenos días!!

Son las 05:00 am y nos levantamos toda la familia para preparar las cosas y ponernos en marcha para llegar a la estación de trenes, nuestro tren sale a las 06:10 horas. Tras una despedida de película en el puerta del vagón, nos ponemos oficialmente en marcha hacia la capital del país para coger nuestro vuelo, mientras tanto, compartimos vagón con un comité ejecutivo del Banco Popular, todos trajeados y con corbata, chocando con nuestra vestimenta veraniega. En 4  horas 30 minutos estábamos en Madrid, en la estación de Atocha, que decir en favor de este transporte, es mucho mas cómodo que ir en coche y conducir durante 4 horas desde Murcia, y por 75 € lo tienes solucionado.

Llegamos a Madrid y lo primero que hacemos es dejar las maletas en consigna, que esta justo en un lateral de el jardín botánico de la misma estación  Nuestro avión sale a las 16:55 por lo que teníamos unas 4 horas por delante para patear Madrid, así que lo primero que hicimos fue una de las cosas míticas en mis viajes, hacer una parada en STARBUCKS, y sucedió en Tailandia con Bartolo y Mike, mi hermana sucumbió a los encantos del café de mocca.

 Paseando por SOL nos encontramos con una celebridad rodeada de una multitud y muchos guarda espaldas, se trataba de Doña Infanta Elena.

La cara de la cría no tiene desperdicio

Impresionados por su presencia se nos hacia la hora de comer y marcharnos a Barajas, concretamente a la terminal 1, así que nos comimos una pizza sentados en la boca de metro de Sol y nos pusimos en marcha para abandonar el país  maletas en mano, cogimos un autobús en Atocha que por 5 € te deja en cualquiera de las terminales.

Llegamos al aeropuerto, facturamos, y nos “embarcamos” a la espera de que salga nuestro esperado vuelo….y estando allí me encuentro con dos compañeros de profesión, Amanda y Emilio, compañeros del municipio de Alcantarilla, que están celebrando su luna de miel y coincidimos en el mismo destino, y que pequeño es el mundo, era imposible no inmortalizar ese momento.

Una vez en el avión  y gracias a una amiga llamada Noelia que trabaja de azafata de vuelos, al preguntar por ella a una de las azafatas de nuestro vuelo, y gracias a nuestra simpatía natural…tuvimos un trato especial que hizo del vuelo…ser legendario, y es que no hay nada como caer en gracia a las azafatas…a las pruebas me remito…gracias a todas ellas.

Todavía me queda comida en la mochila

Puedo decir abiertamente que es la primera vez que pasamos un vuelo como este…lleno de comida y bebida…fue legendario, con muchas risas (por supuesto, vuelvo a repetir que hubo mucha cerveza) y para colmo me pregunta mi hermana en el avión lo siguiente: “oye, ¿sabes si hay cantina en el avion?” tomate algo hermana.

El vuelo se nos paso “volao” y en 7 horas y 40 minutos nos encontrábamos en el aeropuerto de Punta Cana, mucho mas modernos que la ultima vez que estuve y, con mucha mas ventilación y a pesar del calor que hacia a las 20:50 horas, se podía estar perfectamente…y las colas no se hicieron interminables a nuestra llegada, aunque nuestro vigilante de aduanas tuvo la autentica prisa dominicana para sellarnos el pasaporte.

A fuera nos esperaba por fin nuestros amigos, Ana y Antonio, con la vitalidad que les caracteriza, pronto nos sentimos como en casa, nos montamos en la ranchera que tiene y fuimos a playa Bávaro, una zona residencial donde tienen una casita preciosa, en un lugar precioso. Nos ponemos al día y pronto sale a relucir algo mítico del país.

Creo que no hay mejor manera de terminar la noche que con un buen Brugal dominicano, rodeado de la familia Fernandez – Alfaro, y en un ambiente de cocoteros y palmeras.

Mañana mas, a la luz del día,  es mucho mas bonito presenciar este paraíso  intentare mostrar una milésima parte de lo que vemos nosotros.

Gracias por seguirnos…hasta mañana.

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Este es mi cuaderno de bitácora y experiencias, un espacio de aventuras por los rincones del mundo donde encontrarás anécdotas y curiosidades de mis viajes, así como consejos y sugerencias de cada una de ellos.