Llego el día amigos y amigas, comienza la aventura costarricense de “Tómate algo”, y como no podía ser de otra manera, el viaje comienza siendo tristemente inolvidable…pero eso es algo que ya os contare llegado el momento.

Esta es la crónica de una pérdida inesperada

16:20 horas, como es de costumbre, mis padres me ayudan a bajar todas las maletas y bártulos del viaje, en ese mismo instante fui consciente de lo que íbamos a sufrir y a sudar con el transporte de estas, un total de 3 mochilas con todo el material escolar y demás, mi mochila principal y la de mano. Me llevan a la estación de tren del barrio de San Andrés y se despiden una vez más de su vástago viajero.

Al llegar se encontraban ya allí, Soler, Iñaki y Vanessa. Momentos de risas, lágrimas y despedidas celebras con un “buen viaje” antes de partir a las 16:47 horas.

El trayecto fue rápido y fugaz, cargado de ilusión y energía, pensando en la gente que dejas atrás con anhelo y en la incertidumbre de aquellos que encontraremos en nuestro camino.

Como mencioné anteriormente, es digo de mencionar de nuevo el peso extra que llevábamos cada uno, un total de 9 mochilas entre 3, lo que suponía un peso extra de 20 kg de media para cada uno aproximadamente, recorriendo pasillos, metiéndonos en metros y haciendo transbordos, hasta llegar a la casa de nuestra amiga Blanca. Todo sea por lo niños y niñas de Costa Rica ¿verdad?.

El piso de Blanca, cerca de la parada de metro de Alto de Extremadura, estaba situado a unos 250 metros de la parada, y llegamos gracias a un perfecto “plano del tesoro” que me hizo la propia Blanca. Allí nos encontramos como a 17 personas celebrando la despedida de Blanca para poner rumbo a Brujas en los próximos días. A pesar de las pequeñas dimensiones del estudio pudimos entrar hasta 20 personas en él, y conocimos a gente muy simpática y amable que nos hizo pasar un buen rato.

La velada se fue apagando lentamente hasta que todos se fueron y descansamos unas horas antes de emprender el camino hacia el aeropuerto.

07:45 horas, suena la alarma…toca activarse, desayunar algo rápido y cargar de nuevo esas mochilas cargadas de ilusiones hasta la T4S.

Vamos con tiempo de sobra para realizar la facturación y embarcar tranquilamente, retractilamos todas las mochilas con el fin de no llevarnos ninguna sorpresa, 10€ por maleta/mochila.

Llegamos a nuestra zona de facturación con la aerolínea IBERIA, hacemos nuestra correspondiente cola, es nuestro turno, entregamos nuestros pasaportes, todo va en orden pero cuando comenzamos la gestión de los billetes de embarque hubo algo con lo que inesperadamente no contábamos:

  •        Personal de Iberia – “¿Quién es Iñaki Urroz?”
  •        Iñaki – “¡Soy yo!”
  •        Personal de Iberia – “Mire ahora mismo no me deja hacer su facturación, debido a que no aparece como que tiene autorizado el        ESTA”. 
  •        Antonio – “¿Pero que tiene que ver el ESTA para entrar a Costa Rica, si nosotros realizamos solamente transbordo en USA?”.

(El ESTA es una autorización administrativa que se realiza a través de internet, como un pago para entrar en territorio americano)

       Personal de Iberia – “Ya…pero incluso para hacer conexiones, es necesario para poder entrar al país norteamericano, inclusive si solo transitara por el aeropuerto, es su política, de hecho, a ustedes dos, Antonio y Jose Luis, el programa si me deja que facturéis por que vosotros lo tenéis vigente todavía” (eso es debido a que nosotros nos lo sacamos para el viaje de la Costa Oeste en el mes de junio).

Nos encontrábamos en una encrucijada, fue una jarra de agua helada en un momento inesperado, pero teníamos que buscar una solución y el tiempo jugaba en nuestra contra…nos dijeron que en el stand de El Corte Inglés lo podrían hacer sin problemas, pero estaba cerrado, por lo que solo nos quedaba hacerlo vía móvil y rezar por que autorizasen en tiempo record el ESTA de Iñaki. Mientras tanto, se nos planteaban muchas alternativas y muchas dudas, y había que decidir rápido…eran las 10:30 y nuestro avión salía a las 11:55 y ni siquiera habíamos facturado.

No llegaba esa respuesta, nuestra operadora de IBERIA, sufriendo por nosotros intentaba darnos una salida, y nos recomendó que facturásemos mientras Soler y yo, con la idea de ganar tiempo en el caso de que Iñaki tuviese vía verde en el último momento…y así hicimos.

Quedaban 30 minutos para cerrar la puerta de embarque de nuestro vuelo…Iñaki tendiendo de un hilo, consciente de que sería prácticamente imposible volar en el mismo avión que nosotros, buscó otra alternativa pero las circunstancias eran adversas, en el día de hoy no podría salir, todo estaba completo, y los precios que se barajaban como alternativa eran disparatados…no podíamos creer lo que estaba sucediendo, nos despedimos de nuestro amigo deprisa y corriendo sin tener tiempo para poco más…y ahora nos tocaba el turno de esprintar a nosotros dos. Siempre pensé que algún día correría con prisa por algún aeropuerto, pero jugarte un vuelo de esta manera creo que ha sido la primera vez en nuestra vida, planteándonos mientras corríamos que no llegaríamos y que nuestras maletas estarían de camino a San José sin nosotros.

Para colmo, a 20 minutos del cierre de la puerta de embarque, y una vez pasado el control de seguridad y el de documentación, tocaba esperar el tren de lanzadera hasta nuestra zona de embarque…en ese momento creí que no llegaríamos, un cartel que señalaba el tiempo de duración hasta nuestro punto indicada 22 minutos, ¡no puede ser verdad todo esto!, llegó la lanzadera y misteriosamente nos dejó allí en menos de 5 minutos, por lo que esprintamos de nuevo hasta casi echar la bilis para llegar en la última llamada a viva voz de: “pasajeros para San José con transbordo en Miami”.


Desde aquí y ahora te mandamos nuestro mayor sentimiento de tristeza por todo esto que aún estamos asimilando y procesando hermano, prometemos disfrutar de toda esta aventura en tu honor, aunque ya creo que será difícil porque estamos marcados de forma inherente.

Por suerte o por desgracia, este es mi cuaderno de bitácoras y experiencias, donde solo se cuenta nada más y nada menos lo que sucede en cada vivencia, donde tiene cabida todo tipo de emociones y situaciones, y donde intentaré transmitiros y expresaros de la manera más visceral posible cada historia y acontecimiento, por lo que en estos momentos… no puedo tener palabras de alegría y triunfo, solo de lamento y tristeza.


El vuelo de IBERIA está siendo tranquilo, es un avión moderno y tecnológicamente en condiciones, con la posibilidad de conectar USB, mp3, y ver películas, series y escuchar música en una pantalla LED táctil. Pero durante el vuelo, se me presenta una duda existencial y me gustaría saber si alguno de los lectores podría resolvérmela. Por qué una vez que pasas el control de seguridad con detectores de metales y demás, cuando en la mochila de mano tienes que tener en cuenta la cantidad de cosas que puedes portar y las que están prohibidas subir al avión por seguridad…¿Por qué razón te ponen cubiertos de metal para comer? Es algo que siempre me ha llamado la atención.

Después de 9 horas y 30 minutos de vuelo, de mas 7.000 km de distancia, de estar a más de 9.000 metros de altura, superar velocidades tales como los 800 km/h, y estar a temperaturas de vértigo como -34º, llegamos a Miami (Florida).

Más controles y más seguridad, charla profesional con el agente Ortiz de la aduana de familia cordobesa, y pasamos un control por USA sin que a Soler no le paren ni le hagan ningún interrogatorio, vamos progresando.

El vuelo fue un abrir y cerrar de ojos, y por fin llegamos a nuestro destino, San José, a 21º a las 22:20 horas.

Nada mas llegar, pasamos el control de documentación, todo bien ordenado y moderno, con 27 puestos de seguridad activos para agilizar la larga cola. Llegamos a la recogida de maleta, todo esta en orden, nuestras 4 mochilas llegan perfectamente, excepto la mía, ya no estaba retractilada y se notaba que en su interior habían estado curioseando sobre todo los medicamentos para los niños de la ONG. A pesar de todo, e incluso preguntándome en la aduana sobre lo que llevaba en la mochila, no mostraron mas interés en ella.

Salimos del aeropuerto y por fin, nos encontramos con nuestros amigos costarricenses Carol y Robert, nuestros principales anfitriones, y de los que solo podemos tener palabras de agradecimiento. 

Dicen que las primeras impresiones son muy valiosas, y ciertamente…con esta pareja de Costa Rica, fue estupenda, serviciales, amables, la sensación de que no somos unos extraños que venimos de visita…todo lo contrario.

Nos llevan hasta su casa mientras nos van contando curiosidades del país, un país que puedes recorrer prácticamente de un lado a otro en medio día…sin tener en cuenta ciertas carreteras. Llegamos a su casa, cerca del estadio de fútbol Saprissa, donde juega uno de los equipos punteros del país, el Deportivo Saprissa.

Viven en una casa de dos plantas muy hermosa y grande, donde tenemos la fortuna de alojarnos y donde ellos tuvieron la suerte de que les preparamos la cena, un gran plato de embutido ibérico completo: jamón serrano, chorizo, salchichón y queso semi-curado con aceite de oliva y pan tostado. Y claro no podía faltar la gran representación de “Tómate algo en Costa Rica” con auténticos costarricenses, ¡¡PURA VIDA!!

Después de un día de tristeza y amargura, terminamos nuestro primer día de viaje con alegría y placer de encontrarnos a tan buena gente por todo el mundo, ¡¡mil gracias!!

Y mañana…rumbo al Parque Natural de Tortuguero, ¡¡no os lo perdáis, esto solo acaba de empezar!!

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Este es mi cuaderno de bitácora y experiencias, un espacio de aventuras por los rincones del mundo donde encontrarás anécdotas y curiosidades de mis viajes, así como consejos y sugerencias de cada una de ellos.